Chica de Plastilina

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Tango reptil

In Ofidia on 08/05/2009 at 3:53 am

chica de plastilina

La mujer embarazada se me acercó, dijo que me veía sola, que me prestaba su pareja.  La panza tenía demasiada plastilina y le pesaba, la noté cansada. Acepté ilusionada. Era la primera vez que bailaba tango con un lagarto. Reptamos.

(Ofidia)

Pedido de exorcismo

In La Tica on 08/05/2009 at 12:23 am

plastilina34

Está en mi té, en mi anisado, en mi calle, en mis platos sucios, en las hojas de mis libros, en la cebolla que pelo, en los huevos que rompo, en la lluvia, en la ventana, en la música que oigo, en la brisa, en mis sueños, en el interior de mis párpados… ¡Zape, zape!

La Tica

Rezo por vos

In Almendra on 06/05/2009 at 11:50 pm

Y debe ser que debajo de esta armadura duerme una siesta la certeza, le guardo caramelos por si despierta. Pesadillas reza; y rezo por vos en ese aparatito gris, Nokia mil cien. Pesadillas como de lagartos y lágrimas de yacarés.

(Almendra)

Orgasmo de ballena

In Olivia on 06/05/2009 at 11:40 pm

Del otro lado grita la ballena atrapada en la arena.

Ojos invertidos, carne expuesta, vapor de sangre. Manos temblando, dedos electrocutados, rodillas amoratadas, persianas abiertas, tobillos torcidos.

La razón en una cajita de cerillas.

Que se enciendan una a una y luego que se apaguen las neuronas.

La locura pinchada con alfileres en un cuadro junto a la cama, mariposario de torturas, leves marcas incisivas y la savia derramada.

Las lágrimas en la boca y los dientes afilados, sensibles, rajados.

Las pestañas rizadas, las huellas en la arena, cruzadas, desvariadas, borradas.

Nido de pelos arremolinados entre dos ramas. Llantos lejanos, gritos de vidrio y risas de dulce de leche.

La ballena espera el maremoto, pero mientras tanto muere.

Y Olivia dueeeeerme.

La villa de Tinina

In Tinina on 06/05/2009 at 8:16 pm

Tinina se saca la nariz de plastilina y la guarda en el bolsillo, no quiere oler, todo apesta en la villa. Rasca la cabeza de perro a Caracú, su mascota bicéfala de plastilina, y en la cabeza de gato atrapa una pulga paralítica. Reflexiona observando al bichito en la palma de la mano. De repente mira fijamente a la cámara -que no es de plastilina-, y le dice a los espectadores: nosotros no somos el peligro, nosotros estamos en peligro. Y Caracú ladra y maúlla a la vez para apoyar la frase de Tinina. Del otro lado, los espectadores seguirán endurecidos.

En la ruta

In Yolanda on 04/05/2009 at 3:58 pm

A Yolanda no le interesan esas cuestiones. Yolanda abre los ojos y abre una ruta que nace entre los senos. Hay un declive ínfimo hasta el ombligo, lo recorre. Línea sutil que la divide, simetría casi perfecta, craquelada. Pinceladas impresionistas guiadas por el encuentro frontal de dos tendencias. Cruce de vellosidades. Cuerpo matemático de relieves microscópicos y sismos crecientes, rítmicos, candomberos. Los ojos ven, aunque se entrecierren, por más que se entornen. Más allá sucumbe la selva tropical. No hay mapas, hay humedad y temperaturas altas. Pero algo le revela el mejor camino de regreso: las curvas de una cadera. Toma la guitarra y vuelve a la marcha. Su fuerza también está en los ovarios. Lleva melodías en la conciencia que recién en su paso por el inconsciente se hacen bellas, porque se entornan como sus ojos y descubren nuevas formas. Faltan mil kilómetros de recuerdos. Yolanda los pisa. Yolanda los pasa. Yolanda se va. Sólo Yolanda sabe por qué viene y va.

Ganas de creer

In Ofidia on 03/05/2009 at 3:57 pm

chica de plastilina

Y sigo aguantando hasta la próxima primavera, porque vendrán otras sequías también; así es la vida, pero la queremos tanto que le perdonamos todo. Así es el amor, imaginativo, mentiroso, pero dan ganas de creerle siempre, de reconciliarnos cada vez. Creer en el amor es tener todavía mucho valor. Pero ahora estamos en sequía. Sólo queda pelearle al quebranto con sonrisas, aguantar en la sequía con colores, hacer el esfuerzo con ayuda de unos abrazos, buscar nutrientes sustitutos, bailar la danza de la lluvia, encontrar las proteínas en las amarguras, cantar que querer tanto no fue el pecado, y recordar que en la memoria queda el verde. A pesar del quebranto.

Ofidia

Posdata

In La Tica on 03/05/2009 at 3:53 pm

Y te mando un abrazo infinito, circular, laberíntico, de final abierto.
Y perdón, pero no me canso de decírtelo: ¡cuánto te quiero!, muchachito de cabeza de chorlito y pecho de piedra… El corazón se te escapó por las manos cuando golpeabas la piel del tambor, se hizo canción, voló.

La Tica

La pluma

In La Tica on 02/05/2009 at 3:55 pm

La nona s’aproche;
meu little niña, vôce nâo sos una pluma, dixit.
Mas ío no puedo, nona, nâo posso avoid it.
Soy what I am. Je pense que no puedo cambiarlo.
I’ve tried. Frené. Corrí. Busqué. Encontré. Perdí. Gané.
Frené. Etc.
Como todo mundo sabe. Io sonno assim. Comme ça.
Soy la pluma, nona, i’m sorry. Quantas desilusões.
Es verdad, o silêncio é uma tortura, ce pour ça que je m’envole,
if you want, ven, eu t’emmene au vent.

Sonno, seu, soy, je suis tu pluma. Envolez-moi.

Diosa

In Ofidia on 02/05/2009 at 3:51 pm

Ofidia con los años fue endiosada por sus coterráneos. Los paisanos todavía le ofrendan cabezas de serpientes o botas viejas y le ruegan milagros de toda moral. El resto de los cuerpos de los reptiles los venden a los coreanos que siempre andan rondando y mantienen limpios los santuarios -con los labios enroscados-.